Cambio climático
Introducción
Los efectos del calentamiento global son cada día más visibles y ha llegado el punto en el que tenemos que elegir: seguir padeciendo las consecuencias del cambio climático o dar un paso al frente y comenzar a demandar un modelo eficiente y 100% renovable. El calentamiento global del planeta tiene consecuencias que ponen en riesgo la salud de las personas, tales como los fenómenos meteorológicos catastróficos, la variabilidad del clima que afecta a los suministros de agua y alimentos, …
Durante los últimos años, la actividad humana, en particular el consumo de combustibles fósiles, ha producido un aumento de las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero suficientes para retener más calor en las capas inferiores de la atmósfera y alterar el clima mundial.
En los últimos 130 años el mundo se ha calentado aproximadamente 0,85 ºC. Durante los últimos 30 años cada década ha sido más cálida que cualquier década precedente desde 1850.
El nivel del mar está aumentando, los glaciares se están fundiendo y los regímenes de lluvias están cambiando. Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más intensos y frecuentes.
Algunos efectos que percibimos actualmente del cambio climático son: olas de calor, aumento de los desastres naturales tales como las inundaciones, etc…
Calor extremo
Las temperaturas extremas del aire contribuyen directamente al riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo entre las personas de edad avanzada.
Las temperaturas altas provocan además un aumento de los niveles de ozono y de otros contaminantes del aire que agravan este tipo de enfermedades.
Los niveles de polen y otros alérgenos también son mayores en caso de calor extremo. Pueden provocar asma, y se prevé que el aumento de las temperaturas que se está produciendo aumentará el nivel de polen.
Desastres naturales y variación de la pluviosidad
A nivel mundial, el número de desastres naturales relacionados con la meteorología se ha más que triplicado desde los años sesenta.
El creciente cambio de intensidad y frecuencia en las precipitaciones afectará probablemente al suministro de agua dulce potable, y la escasez de esta puede poner en peligro la higiene y aumentar el riesgo de enfermedades diarreicas. En los casos extremos, la escasez de agua causa sequía y hambruna.
Se estima que a finales del siglo XXI es probable que el cambio climático haya aumentado la frecuencia y la intensidad de las sequías a nivel regional y mundial. También se está produciendo un aumento de la frecuencia y la intensidad de las inundaciones y se prevé que sigan aumentando la frecuencia y la intensidad de precipitaciones extremas a lo largo de este siglo.
Estas contaminan las fuentes de agua dulce, incrementando el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y dando lugar a criaderos de insectos portadores de enfermedades, como los mosquitos.
El aumento de las temperaturas y la variabilidad de las lluvias producirán la reducción de la producción de alimentos básicos en muchas de las regiones más pobres.
¿Quiénes están en riesgo?
Todas las poblaciones se verán afectadas por el cambio climático, pero algunas son más vulnerables que otras. Los habitantes de los pequeños estados subdesarrollados y de otras regiones costeras, y regiones montañosas y polares son especialmente vulnerables.
Los niños, en particular los de los países pobres, son una de esas poblaciones más vulnerables a los riesgos sanitarios resultantes y se verán expuestos por más tiempo a una malnutrición.
Se prevé asimismo que los efectos en la salud serán más graves en las personas mayores y las personas con dolencias ya existentes.
Las zonas con infraestructuras sanitarias deficientes, la mayoría en países subdesarrollados, son las que tendrán más dificultades para prepararse y responder si no reciben asistencia.
Medidas preventivas
Hay muchas políticas que pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y como consecuencia aparecerán importantes beneficios para la salud. El transporte por carretera es sin duda el factor que más influye en el aumento de estas emisiones.
Algunas medidas preventivas o políticas para disminuir dichas emisiones son:
- Plan de movilidad urbana sostenible: Fomentar y promover el uso seguro del transporte público y de formas de desplazamiento al aire libre (a pie o en bicicleta) en vez del vehículo particular, en especial en el tráfico urbano, que produce un 40% de CO2.
- Planes de transporte para empresas: coche compartido con compañeros de trabajo. (Carpool o Carpooling). Elaborar una nueva ley de movilidad sostenible, la cual incluya estos planes de transporte de empresa.
- Fomento del ferrocarril, así como del transporte marítimo y aéreo.
- Ampliar y mejorar la red de transporte público.
- Promover la existencia de sistemas intermodales (conexión en red de estaciones de transporte público con aparcamientos junto a estaciones).
- Acciones disuasorias del transporte privado (limitación de tráfico, tasas por congestión, multas fuertes por aparcamientos indebidos).
- Creación de barrios verdes.
- Creación y modernización de parques de vehículos.
- Promover la realización de cursos de conducción económica de turismos y de vehículos industriales.
- Promover el uso del vehículo ecológico por carretera. Demostrar la viabilidad del coche eléctrico.
Enlaces
Ver Estrés térmico
Elaborado por
Sonia García Romero. Ingeniera civil, Técnica Superior PRL y Formadora. linkedin, en “Búsqueda activa de empleo”. sgarcia040675@hotmail.com